La mayoría de las enfermedades, pese a somatizarse en el cuerpo físico, tienen su origen en el cuerpo emocional y/o energético. Por eso, practicar Yoga es tan saludable. Cuerpo, mente y energía logran su propio equilibrio, armonizando al individuo de un modo íntegro, reflejándose en su estado físico, mental y emocional.
Por eso, no es de extrañar, que cada vez sean más los profesionales de la salud (fisioterapeutas, médicos, psicólogos y psiquiatras), que recomiendan la práctica de Yoga como coayudante a determinados tratamientos y/o terapias, así como medida preventiva ante trastornos de estrés y/o ansiedad.
Cabe destacar que en la actualidad, se venden muchas cosas bajo en nombre de “Yoga” que en realidad distan mucho del Yoga genuino.
Si actualmente asociamos la práctica de Yoga con “mera relajación” o, por el contrario, con “una forma de ejercicio físico” que, lejos de aportar herramientas de autoconocimiento y autogestión siga “haciendo crecer nuestro ego”, es porque lamentablemente eso es lo que se nos “vende”.
Hoy en día existen muchos métodos bajo la etiqueta de “Yoga” y sin embargo pocos son los que mantienen la esencia del Yoga genuino, que es el que realmente se acerca a la esencia del verdadero Yoga y, por tanto, a todos sus beneficios.
Como hemos visto en nuestro anterior artículo “Yoga: un estado interno”, el Yoga genuino no tiene nada que ver con meras técnicas de relajación ni culto al cuerpo. Por lo que si quieres practicar Yoga, asegúrate de que quien te lo transmita realmente conoce esta técnica milenaria y, lejos de limitarse a determinadas técnicas o ejercicios, sepa poner a tu alcance todos los beneficios del Yoga genuino y así puedas acercarte a ese estado interno de Yugo o Unión, que significa Yoga. (más info en mi artículo: “Yoga: un estado interno” https://amarteyyoga.com/que-es-yoga-yoga-un-estado-interno/)
Practicar Yoga genuino, lleva implícito adquirir herramientas de autonocimiento y autogestión, como pueda ser la respiración consciente y la capacidad de no identificarse con esos procesos mentales que aparecen constantemente en la pantalla mental.
Así, comienza a despertarse una parte más intuitiva, más pura y esencial, que en realidad siempre estuvo ahí, oculta tras esos velos mentales. E inevitablemente va surgiendo el “despertar” de la Consciencia: el sentirnos parte de ese TODO dentro de la creación, conociendo así nuestro propio valor y el de nuestra mera existencia, desarrollándose también un sentimiento profundo de respeto y compasión hacia el resto de la creación.
De modo que es imposible conocer la trascendencia que la práctica de Yoga pueda tener en nuestra propia Vida y también en la de aquellos que nos rodean.
Al no identificarnos con esos procesos mentales, con la interpretación que la mente egoica tiende a hacer de la “realidad”, ni con nuestros deseos, emociones, o sentimientos, podemos percibir la realidad de un modo más nítido, liberando así gran parte de nuestro sufrimiento (pues el sufrimiento lo genera la mente); y eso, lejos de hacernos echar balones fuera o huir de los problemas, nos permite afrontarlos con mayor lucidez y discernimiento, y por tanto, vivir con mayor equilibrio, paz y bienestar.
Como dijo Aristóteles: “Conocerte a ti mismo es el comienzo de toda sabiduría”.
Todos los procedimientos de Yoga tienen esa finalidad: provocar un impulso evolutivo, tranquilo, no lento sino sereno, no traumático, para producir un cambio de enfoque de nuestras prioridades; para desaprender cantidad de cosas, la más importante: que no somos el personaje que nos hemos creado y nos hemos creído, y mantenernos en el verdadero propósito de nuestra vida: conocernos a nosotros mismos.
Si quieres empezar a practicar Yoga desde casa te cuento cómo en: https://amarteyyoga.com/clases-yoga-online/
